martes, 23 de julio de 2013


NIÑO MUY POBRE
Había una vez un niño muy pobre, pero muy pobre, pues sus padres eran tan pobres que no tenían ni aun donde vivir, o sea, Vivian de la caridad, esta familia estaba compuesta por ocho (8) miembros, los padres, cinco hijos y la abuela.
Lo bueno de todo esto que esta familia era bien bondadosa a pesar de no tener nada que brindar, siempre estaba dispuesta a servir y ayudar a los demás.
Pues bien pasaron los años esta familia se mantuvo siendo muy pobre, un hijo que siempre quiso ser alguien en la vida, creció con muchas ambiciones y avaricias   llego a ser muy rico, bastante rico pero solitario.
Se cuenta que por la rivera del rio Yaque, llego a tener tantas propiedades, que construía casas y las alquilabas  para personas de escasos recursos económicos, este hombre cuando iba a cobrar el dinero de la renta de las casas, les hacía exigencias a los inquilinos cuando ellos no podían cumplir a tiempo, hasta lo llegaba a sacar de las casas echándoles los trastes a la calle.




Al llegar a la ancianidad, tenía tanto pero tanto dinero y muchas más propiedades, decidió retirarse a un lugar muy lejano y  solitario, donde paso los últimos años con odio y rencor hacia todo el mundo.

Un día el anciano murió triste y solitario, y cuentan los que lo encontraron que cuando fueron a darle sepultura, debajo de la cama del difunto, había una maleta tan grande pero tan grande que nadie todavía hasta el día de hoy ha visto una maleta tan enorme, fue mandada a hacer especialmente para él, pues bien en esa maleta encontraron muchos billetes de dos mil (2,000.00) y mil (1,000.00) pesos, estaban coleccionados como un enorme acordeón, pues el anciano nunca guardaba el dinero en banco, no confiaba a nadie su dinero ni sus propiedades.

Pues dicen los que encontraron el cuerpo que al momento que iban a coger el dinero se les disolvió en las manos y aunque increíble pero cierto se volvió como arenilla y polvo, como cuando se le echa un químico y se desvanece todo.



v Nadie disfruto de toda una fortuna acumulada por una persona ávaro y ambiciosa.v
v  Moraleja:v
     Este hombre por llenar un vacío que nunca lo logró, dejó que la avaricia y ambición lo llevaran a la tumba con muchas riquezas, pero con una pobreza espiritual. La vida sin Dios, es vacía y vanidad, nada tiene valor.  Lo primero es buscar la estabilidad espiritual y emocional con Dios y luego compartir con el prójimo, para poder disfrutar lo que Dios nos permite conseguir, porque todo es de Dios y él lo facilita para que nosotros seamos buenos administradores, además nos manda a compartir con los más necesitados. Que aprendamos de este cuento a que nunca la amargura nos embargue y dejemos que sea Dios que nos ayude a salir del pasado no importa cualquiera que sea, pues ese niño se quedó con un pasado encima a pesar de lograr tener tanta riqueza siguió cargando su pobreza espiritual de la cual nunca se despojó.


vEs de ahí, que exhorto a nuestro amable lector la lectura de este significativo cuento.v




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